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TRAMAS PEDAGÓGICAS

COMO LA HIEDRA

El siguiente artículo fue escrito por el Dr. Guillermo Jaim Etcheverry para la revista del diario "La Nación". Nos habla sobre los límites, el apoyo, los estímulos; tan difíciles de ejercer por los actuales adultos. Excelente para reflexionar con los padres de nuestros alumnos. A Continuaciòn algunos de los conceptos que se vierten en el artìculo.

Al admirar la frondosa hiedra que adorna el jardín, comprendemos que ha crecido como lo ha hecho gracias al apoyo firme que le brindó la pared que cubre. A la vez que le proporcionaba sustento, ese muro oponía resistencia a su desarrollo. En otras palabras, al limitar y ordenar el que podría haber sido su crecimiento anárquico, la pared permitió que la hiedra se elevara en lugar de reptar a ras del suelo.

Fernando Savater   señala: "Los niños crecen en todas las latitudes como la hiedra contra la pared, ayudándose de adultos que les ofrecen juntamente apoyo y resistencia. Si carecen de esa tutela, no siempre complaciente, pueden deformarse hasta lo monstruoso".

Esta es, tal vez, una de las síntesis más logradas acerca de la esencia de la tarea que enfrenta quien asume la responsabilidad de educar a niños o jóvenes. Lo es porque conjuga los dos elementos que definen toda educación: el apoyo resistente. Apoyo porque educar es, ante todo, alentar, estimular el crecimiento, entusiasmar.

Nuestra rápida retirada de la responsabilidad de cumplir la función de adultos –el muro que apoya y limita– es lo que explica mucho de lo que sucede en la sociedad actual. 
 Ser padre o maestro –en otras palabras, intentar educar– supone estar ahí durante el período de formación; como la pared, apoyar, ejerciendo una resistencia incómoda, antipática, poco agradable.
Educar a una persona es apostar a que podrá hacerlo.

 
No te pierdas el artìculo completo en el siguiente link   http://www.lanacion.com.ar/704949


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